Una señora llega a la casa de su hija y encuentra a su yerno furioso empacando una maleta y pregunta:
— Qué pasó?
— Que qué pasó? Le voy a decir exactamente lo que pasó, señora!
Le mandé un e-mail a Catalina diciéndole que hoy regresaba a casa de mi viaje de negocios.
Llegué a casa y puede adivinar lo que encontré?
A mi esposa, sí, su hija, con un hombre sin ropa en nuestra cama matrimonial.
Este es el fin de nuestro matrimonio. ¡Yo me largo de aquí para siempre!
— Cálmate! Hay algo que no suena bien. Catalina nunca haría una cosa de esas. Yo la crié y la conozco bien. Espera un momento mientras yo averiguo qué fue lo que pasó.
Un momento después regresa la suegra con una sonrisa enorme.
— Ya ves, te dije que tenía que haber una explicación lógica... ¡Catalina no recibió tu e-mail!